Octopath Traveller es un juego que compré por mi cariño a los píxeles. Si no recuerdo mal anticiparon el desarrollo en 2017 y, aunque no soy un amante de los JRPG, sabía perfectamente que iba a formar parte de mi catálogo.
De Cuernoburgo a Vadorriviera
El título tiene un estilo que lo denominan "2DHD", una suerte de gráficos de 16 bits que, combinados con un elegante diseño, permiten aprovechar los escenarios en tres dimensiones, dando sensación de profundidad sin dejar de lado la esencia de una aventura clásica de Súper Nintendo.
La historia la protagonizan ocho personajes principales que recorrerán el reino de Osterra, un vasto terreno donde encontraremos toda clase de biomas y donde tendremos que interactuar activamente con los personajes del lugar para avanzar en la aventura. Al igual que sus gráficos, la banda sonora no tiene desperdicio.
Este tipo de juegos suelen ser de uso intensivo, es decir, para completarlo al 100% habrá que inventir una buena cantidad de horas. En mi caso, con 70 horas (o más) de juego solamente conseguí completar la historia principal de cada personaje, dejando de lado muchas misiones secundarias. No obstante, si te gustan este tipo de aventuras, Octopath Traveller es un fiel compañero para los viajes de tren, en caso de que lleves la consola en modo portátil, o para estar cómodamente en tu salón disfrutando de una aventura sin precedentes.