¡Atención! Esta entrada la empecé en enero, pero no me he sentido con ganas de terminarla hasta ahora.
Otra entrada mas haciendo balance general de mi año. En esta ocasión hablaré lo que ha supuesto para mí 2021 y cómo quiero afrontar 2022. Si te fijas en el subtítulo, he decidido resumirlo en tres palabras que podrían explicarse de esta manera:
- Un dragón: por haberme pasado el Dragon Quest, cosa que me costó más de lo que quisiera.
- Un portátil: por haber cambiado de ordenador, algo que no hacía desde hace siete años.
- Una reforma: por la casa que nos hemos comprado y que hemos tenido que tirar de arriba a abajo.
Mejor voy por partes.
👨💻 Lo del desarrollo
A pesar de que ha sido una año en el que he estado bastante parado por diversos motivos y no he podido avanzar todo lo que me hubiese gustado, sí que he podido empezar a trastear con Typescript y NextJS. Ambos combinan muy bien y he podido aprender, poco a poco, cómo funciona el framework y alguna pincelada de lo que es el server side rendering.
Además, he cambiado de trabajo, y estoy encantado. Me ha renovado totalmente y he podido aprender nuevas metodologías y nuevas maneras de comunicarme en equipos distribuidos. Ahora desarrollo y hablo con gente de fuera de España y con una metodología que tenía muchísimas ganas de aprender y que no había podido aplicar hasta ahora: SCRUM y métodos ágiles.
Por fin he podido experimentar lo que es un sprint, un equipo de desarrollo multidisciplinar, cómo un refinamiento (o refinement) es imprescindible comprobar la viavilidad de las tareas y lo divertido que es usar SCRUM Poker para evaluar los puntos de dificultad que tiene cada issue que se vaya a definir.
Todo esto además ha hecho que empiece a hablar en inglés, cosa que me horrorizaba pero que me he dado cuenta que puede hacerse si te esfuerzas. No soy el mejor comunicador, pero me he sorprendido a mí mismo hablando en un idioma que nunca antes había usado.
En cuanto a side projects, no he tenido las ganas necesarias para dedicarle el tiempo que me hubiese gustado durante todo el año. Espero cambiarlo en este aspecto durante 2022.
🎤 Lo de los podcast
Este año también he descubierto algún que otro podcast que me ha dado bastantes horas de entretenimiento.
Uno de ellos, y diría que el podcast por excelencia de 2022, es No me da la vida, de Míriam y Alba. Creo que ahora mismo encabeza mi lista programas de desarrollo favoritos. Una conversación amena y divertida con gente invitada en cada episodio y con una selección de noticias y crítica en torno al mundo del desarrollo muy bien hechas.
Otro descubrimiento han sido los podcast de Chus Naharro: el Gadgeotcast, un programa donde se habla de Gadgets y tecnología; y Escuchando Newsletters, donde en cada episodio Chus entrevista a una persona creadora de contenido en formato de newsletter.
Por último, he descubierto un podcast llamado Conexión Trigal, dedicado exclusivamente a Pokemon. Aunque ya no suelo jugar apenas a este tipo de videojuegos, sí que me interesa saber un poco acerca de su historia y pasado. Dirigido por Sergio González, que además de ser un excelente comunicador, habla con una pasión que nunca antes había visto del mundo Pokemon.
🎧 Lo de la música
En este sentido no he podido disfrutar de música en directo apenas. Lo que sí he descubierto, aunque tarde, ha sido a Rodrigo Cuevas y su Manual de cortejo; tuve la ocasión de verle en directo hace unos meses y de hacerme con su disco.
Por otro lado, y sin despegarme del norte peninsular, he escuchado bastante el último disco de Baiuca: Embruxo. Una mezcla de ritmos electrónicos mezclados con un folk gallego de una manera muy elegante.
👾 Lo de los videojuegos
La mejor manera de resumir mi año en videojuegos sería: "sin prisa, pero sin pausa".
He podido disfrutar de Dragon Quest XI: ecos de un pasado perdido. Nunca he sido una persona que juegue demasiado a la serie de Dragon Quest. Me gustan los JRPG, pero siempre tengo miedo a empezarlos por la cantidad de horas que exigen.
Aunque invertí unas 50 horas y conseguí completar la historia principal, no llegué ni de cerca a lo que sería el verdadero final del juego ni tampoco completé todas las misiones secundarias. No obstante quedé bastante satisfecho con el juego en general.
Como mención especial, diré que GRIS ha sido una de las joyas de este año. Un videojuego independiente producido por Nomada Studio. La ambientación, música y el apartado artístico son totalmente increibles. Un juego súper amable que puede completarse en 3 horas y con el que puedes disfrutar de una aventura sin igual.
Forgotton Anne ha sido otro de mis must-have. Una historia con que cuenta con la filarmónica de Copenhague como banda sonora y con un estilo artístico ambientado en la animación japonesa.
En esta ocasión controlaremos a Anne, una habitante de "las tierras olvidadas" que, de alguna manera, controla a todos aquellos objetos que han sido olvidados en el mundo terrenal y que, tras una serie de acontecimientos, se dará cuenta que el mundo en el que vive no es lo que ella creía.
Otro de los grandes descubrimentos fué el videojuego de Super Epic, desarrollado por el estudio catalán Undercoders. Aunque al principio me costó hacerme a él, conseguí completarlo y disfruté mucho de los gráficos. Me gusta ver que este tipo de juegos, del estilo metroidvania, se den también en la península.
Por último, y para no liarme más, pude disfrutar de unas cuantas joyas más como The Crypt of the necrodancer, SparkLite, Metroid Dread, Super Mario World, su expansión Bowsers Fury y alguno para jugar con mis sobrinos como Enciclopedia de la Ratoncita.
🌵 Lo demás
Por lo demás, mucho cansancio por la reforma de nuestra casa (por fin). Muchos altibajos, compensados con un trabajo mejor pero con una pandemia que, desgraciadamente, ha estado demasiado presente. Todavía tengo pendiente el último libro de Andrzej Sapkowski que terminaré este año sí o sí.
Un año marcado por la nieve, la incertidumble, la enfermedad y el agobio. Cerrarlo con esta enterada es lo mejor que puedo hacer. Algunas efermérides:
- La nieve dejó en enero un paisaje bestial en Cantabria. Dejaré debajo alguna foto.
- Por fín conseguí comprar Golden Curry. Definitamente mis platos favoritos llevan esa especia.
- He vendido muchísimo arsenal de videojuegos y trastros que creía que debían quedarse en mi casa por siempre. Definitamente no me hacen falta.
- Me caí con la bici y una rueda (y casi mi mano derecha) quedaron en siniestro total (Rubén, te compensearé por ese día de playa, I promise)
- Me dejé el pelo largo en 2020. En 2021 "me corté la coleta".
- Lo siento, Lastres me parece horrible.